
La verdad es que en un principio me pareció un poco insípido, parecido a otro que tengo de cocina molecular italiana, y un poco pedante por parte del autor. Es cierto que el hombre se puede permitir ser pedante gracias a su increíble currículo como catedrático y decano de la facultad de química de la universidad de Barcelona, pero aún así a mi no me apetece leer un libro en el que este hombre me intente convencer de sus ideas ( con las que estoy de acuerdo totalmente, no se equivoquen). Pero lo cierto es que al final le fui cogiendo el gustillo y me ha ayudado a reactibarme en mi trabajo, a querer mejorar y aprender, y a llegar un poco mas allá del echo de dar comidas cada día por un sueldo al mes.

Por lo demás el libro me ha gustado, y de echo me ha servido para conocer muchas cosas que no sabía y otras que había olvidado.
Deja al pobre Adriá que chupe un poco de cámara, que ahora se aburre...
ResponderEliminarEs muy bueno que los trabajadores no renuncien nunca a seguir formándose en su trabajo, es algo de lo que todos deberíamos tomar nota.
Un saludo.
De eso nada, si se aburre aquí en mi cocina tenemos mucho trabajo.
ResponderEliminarLa verdad es que es bueno para uno mismo trabajar para llegar mas allá, tener metas te ayuda a avanzar... Por eso nunca me ha gustado la cinta de correr, jejeje.
un saludo Juan Antonio!